Myriophyllum aquaticum es una planta originaria de Suramérica que se cultiva como ornamental. Es una especie invasora de lagos y balsas. Se caracteriza porque las hojas que emergen del agua tienen numerosas glándulas diminutas, Mi amigo Serafín Alarcón ha encontrado una población en un parque del pueblo de Ametzaga, junto a la réplica de la Cruz del Gorbeia, en el municipio de Zuia (Araba), donde tomé esta fotografía el 4 de noviembre de 2025.
Macizo de Gorbeia
Parque Natural de Gorbeia
4 de noviembre de 2025
24 de octubre de 2025
Interpretación paisajística e histórica del Gorbeia, 13 de septiembre de 2025
Tras la invitación del personal del Parketxe de Areatza, el 13 de septiembre de 2025 guié una ruta de Pagomakurre a Arraba en la que expliqué sobre todo asuntos referidos a cómo la naturaleza del Parque Natural de Gorbeia es el resultado de la interacción de la Naturaleza primigenia y las actividades productivas que los humanos hemos desarrollado desde hace miles de años. Preparé un guion con el título de "Interpretación paisajística e histórica del Gorbeia", que fue el que expuse, primero en un hayedo trasmocho, luego en una zona de ladera donde los arbustos y los matorrales van sustituyendo al pastizal, a pesar de los trabajos de desbroce con maquinaria, y finalmente, en los pastos de Arraba, donde sigue paciendo el ganado, manteniendo unos pastizales en los que posiblemente antes que ellos pastaron los grandes herbívoros europeos, la mayoría extintos en todo el planeta, como uros, tarpanes o bisontes esteparios. Ese ganado es el que mantiene las poblaciones de aves rapaces carroñeras y chovas y sin él disminuirían o se extinguirían localmente. Las fotos me las ha cedido amablemente Nerea Etxebarria, del Parketxe de Areatza.

PARQUE
NACIONAL DEL GORBEA
El primer espacio natural protegido fue el "Yellowstone National Park", declarado mediante decreto del 1 de marzo de 1872 por el presidente estadounidense Ulysses Grant con el fin de crear un lugar "libre de explotación mercantil, dedicado a la satisfacción del pueblo". Con esa misma idea de preservar de todo tipo de explotación un espacio natural privilegiado, Pedro José Pidal, Marqués de Villaviciosa, senador vitalicio defendió en las Cortes la nueva idea de los parques nacionales, para crear según sus palabras "Santuarios de la Naturaleza" y atesorar "los esplendores de la Naturaleza", porque en ellos se halla un "aliento de vida, potencialidad, de exuberancia, de energías". España fue uno de los primeros estados europeos en seguir esta filosofía y el 8 de diciembre de 1916 sancionó el rey Alfonso XIII la primera Ley de Parques Nacionales, materializada el 22 de julio de 1918 mediante la declaración del Parque Nacional de la Montaña de Covadonga. Tras la declaración el 16 de agosto de 1918 del Parque Nacional del Valle de Ordesa, este proceso se paralizó y no se retomó hasta el año 1954. La Ley de Parques Nacionales fue derogada por la Ley de Montes de 1957, bajo cuyo régimen siguieron declarándose nuevos Parques Nacionales.
La Diputación Provincial de Vizcaya, el 18 de agosto de 1922, declaró el Parque Nacional del Gorbea. Su declaración fue promovida por tres diputados del partido político minoritario Comunión Nacionalista Vasca (Ramón de la Sota Aburto, Antonio de Araluce y Antonio de Arguinzoniz), pero carecía del fondo filosófico referido y de la competencia para ello, que era estatal. De hecho, la declaración fue acompañada de un programa de inversiones productivas (promoción de pastizales y plantaciones forestales, arreglo de caminos), algunas de las cuales llegaron a ejecutarse: construcción y ampliación del refugio de Igiriñao, instalación de un establo para sementales de ganado vacuno pirenaico, construcción de "txabolas" e instalación de fuentes y abrevaderos. El golpe de estado, con el visto bueno del rey Alfonso XIII, del capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, el 13 de septiembre de 1923, dejó definitivamente sin efecto la declaración del Parque Nacional del Gorbea por parte de la Diputación Provincial de Vizcaya.
La Declaración del Parque Natural de Gorbeia data del 21 de junio de 1994 y fue el segundo del País Vasco tras el de Valderejo. Protege 20.016 hectáreas de 8 municipios: 3 de Araba (Urkabustaiz, Zigoitia y Zuia) y 5 de Bizkaia (Areatza, Artea, Orozko, Zeanuri y Zeberio).

LOS ÁRBOLES TRASMOCHOS
Los bosques de Euskal Herria más característicos y conocidos son seguramente los hayedos trasmochos. Su historia comenzó en el año 1496, cuando Fernando el Católico ordenó la ejecución de la técnica forestal de horca y pendón para conseguir las grandes piezas curvas requeridas en la construcción naval de la época. La Marina condicionó el aprovechamiento de la madera de las masas forestales con el fin de atender a las crecientes necesidades de la construcción naval. En tiempos de Felipe II (1527-1598) el Reino de España construyó la "Armada Invencible" con más de un millón de metros cúbicos de madera en rollo con el fin de defender su imperio de ultramar. La escasez de madera y leña generó severas normas que protegían las plantaciones forestales.
Las Ordenanzas del Rey, horca y pendón mandaban la creación de viveros para la producción de plantones a partir de bellotas, castañas y hayucos que debían sembrarse en suelo fértil durante el mes de noviembre. A los 2 o 3 años se trasplantaban en invierno a un vivero protegido del ganado por un cercado, donde crecían durante otros 6 o 7 años, momento en el que se trasplantaban al monte. Se les protegía del ganado con ramas de espino albar (Crataegus monogyna). A los 20 o 30 años se realizaba la poda de formación de horca y pendón a una altura de 8 o 9 pies, lo que equivale a 220-247 centímetros. En palabras del Marqués de Rocaverde, Superintendente de Montes y Plantíos en 1743, esta técnica forestal consistía en dejar una buena rama hacia un lado en ángulo recto con el tronco (la horca), y otra derecha o en ángulo obtuso (el pendón) para que produjeran curvatones, genoles o varengas para navíos. En la documentación vasca aparecen denominados como “ipinabarros". A partir de entonces se debían podar cada 10 años, siempre con la precaución de conservar la horca y el pendón.
El libro Máquinas hidráulicas de molinos y herrerías, y govierno de los árboles y montes de Vizcaya (1736), de Pedro Bernardo Villarreal de Berriz, inspiró a los redactores de la Ordenanza General de Montes y Plantíos de 1748 del Reino de España, promulgada por el Marqués de la Ensenada con el fin de producir la madera requerida en la construcción de los navíos necesarios para la defensa del imperio de ultramar ante Francia y Gran Bretaña. El Señorío de Vizcaya promulgó una ordenanza equivalente 4 años después, en 1752, donde se adjudicaba al rey Fernando VI toda la producción de madera para abastecer a los astilleros navales. Los capítulos finales del citado libro explican cómo plantar cada especie en vivero, cuándo trasplantar los plantones o cómo realizar la poda de horca y pendón para producir curvatones.
El método se generalizó a partir de mediados del siglo XVI, cuando, además de producir los “curvatones” para la construcción naval, se generaba el carbón vegetal que requerían como combustible las ferrerías hidráulicas, que suministraban riqueza y trabajo a buena parte de la población vasca. Por entonces y durante varios siglos los astilleros navales y las ferrerías fueron la principal fuente de riqueza de Euskal Herria y ambas dependieron de esta técnica forestal. En el siglo XVIII se sustituyeron los jarales que quedaban por nuevas plantaciones de árboles bravos y trasmochos. A pesar de todas las trabas que pusieron los ferrones, el Señorío de Vizcaya y la Provincia de Guipúzcoa destacaron en el cumplimiento de las Ordenanzas del Rey, horca y pendón. El teniente de navío e ingeniero de la Marina Jerónimo de Tavern presentó en 1788 en la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País su Método instructivo para crear viveros y fomentar los montes, donde escribió que “en las provincias que no conocen el uso de los viveros deben valerse de algún guipuzcoano o vizcaíno, o bien mandar un sujeto inteligente a estas provincias para enterarse cuanto se practica en este particular".
Entre los siglos XVI y XIX el 80% de los árboles trasmochos fueron "cajigos" o robles (Quercus robur) y el resto castaños (Castanea sativa) y, en menor medida, hayas. El suelo dedicado a las plantaciones de robles y castaños es el que ahora ocupan las de pino de Monterrey (Pinus radiata). Las plantaciones de hayas trasmochas se conservan en gran parte, ya que era la especie que se plantaba en las montañas, donde las heladas invernales ponen en peligro las plantaciones de pino de Monterrey.
El historiador Álvaro Aragón Ruano en su tesis doctoral, leída en el año 2000, analizó el conflicto de intereses entre los dueños de las ferrerías, los constructores navales y los ganaderos. Al año siguiente la Sociedad de Ciencias Aranzadi publicó "El bosque guipuzcoano en la Edad moderna: aprovechamiento, ordenamiento legal y conflictividad". El incumplimiento de las normas que regulaban la producción de curvatones para la construcción naval perseguía la producción de leñas para su transformación en el carbón vegetal que requerían los ferrones. Aunque durante tres siglos las normas ordenaron que las podas y los desmoches debían dejar horca y pendón, las incumplían sistemáticamente para que los árboles trasmochos no generasen las piezas curvas que requerían los astilleros.
El ingeniero de montes Antonio Buesa en su libro "El haya en Bizkaia" estimó que alrededor del 85% de los hayedos son trasmochos y que la mayoría se encuentran dentro de los parques naturales de Urkiola y Gorbeia. A pesar de su abundancia, su conservación no está en absoluto garantizada. Si queremos conservar plantaciones de árboles trasmochos por su valor histórico, cultural y paisajístico, debemos podarlos cuando las ramas son relativamente delgadas; si es posible, con menos de 30 centímetros de diámetro. El cese de las podas ha generado unos árboles de peso y volumen excesivos, lo que les hace muy sensibles al viento, que los derriba por la gran resistencia al aire que ofrecen sus copas, artificialmente voluminosas y pesadas, o más frecuentemente, provocan el desgajamiento de las ramas, incluso de todas a la vez, y con ello su muerte. En los últimos años han comenzado a podarse algunos hayedos trasmochos con el objetivo de evitar su desaparición, con quejas por parte de personas bien intencionadas, pero desconocedoras de esta realidad, como sucedió en el hayedo trasmocho de Otzarreta, una pequeña parcela particular de apenas 2 hectáreas en el municipio de Zeanuri (Bizkaia).

LA TALA DE GRAN PARTE DE LOS ÁRBOLES TRASMOCHOS
El mínimo de superficie arbolada se alcanzó en el siglo XIX por la venta y tala de los montes públicos arbolados para la financiación de las guerras de la Convención (1794), Independencia (1808-1813) y, sobre todo, la I Carlista (1833-1839), a las que siguieron las leyes desamortizadoras de Mendizabal (1836-1837), Espartero (1841) y Madoz (1855), que perjudicaron a la mayoría de la población rural al venderse gran parte de los montes comunales. Muchos de los nobles y burgueses que compraron fincas amortizaron rápidamente el coste de la compra con la venta del carbón vegetal elaborado a partir de los bosques talados y gran parte de la superficie forestal acabó convertida en tierras de cultivo.
Cuando la Revolución Industrial llegó a Euskal Herria los altos hornos y el carbón mineral sustituyeron a las ferrerías y al carbón vegetal. Por ello, el valor de robles, castaños y hayas disminuyó mucho, lo que provocó que los dueños los talaran. En los montes públicos de Bizkaia se inventariaron 20.247 hectáreas de robles en 1878, mientras que en 2005 fueron 1.237 hectáreas. Las hectáreas de hayedos pasaron de 7.425 a 2.938 hectáreas y las de encinas y bortos de 2.438 a 1.356. En resumen, en 127 años se destruyeron en los montes públicos de Bizkaia el 94% de los robledales, el 60% de los hayedos y el 44% de los encinares y bortales. Se talaron la mayoría de los robledales trasmochos, mientras que casi la mitad de los hayedos trasmochos siguieron en pie.

EL LEJANO TIEMPO EN EL QUE COMENZÓ LA DESTRUCCIÓN DEL BOSQUE
Los investigadores que han estudiado las excavaciones arqueológicas de las últimas décadas han concluido que son del mismo período los primeros granos de cereal y los primeros huesos de los animales domésticos. Después de que los humanos domesticaran la oveja, la cabra, la vaca y el cerdo hace 11.000-6.000 años en Oriente Próximo, se expandieron hasta llegar a la península Ibérica tras atravesar Europa de Este a Oeste. De los humanos del Paleolítico nos quedan sus pinturas y grabados en las paredes de las cuevas; de los del Neolítico los dólmenes donde depositaban a sus muertos y los menhires que erigían. Entonces comenzó la destrucción del bosque mediante el uso del fuego con el fin de generar pastos y campos de cultivo, aunque es posible que el territorio que se encontraron aquellos primeros agricultores y ganaderos no estuviera totalmente cubierto por el bosque en las montañas.
Antes de la llegada de los romanos, en la Edad de Hierro, comenzaron a usarse las ferrerías de montaña o "haizeolak", que siguieron funcionando hasta el siglo XVI. Hacia el siglo XIII se construyeron las primeras ferrerías hidráulicas en Euskal Herria, que empleaban la fuerza del agua para impulsar los mazos y los fuelles de las ferrerías. A mediados del siglo XVI solo en Bizkaia había 180 ferrerías hidráulicas. Para obtener 1 kilo de hierro eran necesarios 4 de carbón vegetal, elaborados con 16-20 kilos de leña en una carbonera. La producción de carbón vegetal para las ferrerías alcanzó gran importancia entre los siglos XVII y XIX, llegando dicho aprovechamiento hasta la primera mitad del siglo XX. Para la producción del carbón vegetal que requerían las ferrerías al principio y hasta mediados del siglo XVII predominaron los jarales o jaros, hoy desaparecidos, aunque sabemos que consistían en plantaciones de árboles separados por un metro de distancia que se desmochaban a una altura de menos de un metro para generar cepas que se podaban cada 7 u 8 años. Tras varias podas las cepas perdían vitalidad y se cortaban casi a ras de suelo para que siguieran brotando varias veces más. Los jarales tenían el inconveniente de que eran incompatibles con la ganadería.
El Fuero viejo del Señorío de Vizcaya (1452) castigaba con penas muy severas a quienes provocaban incendios forestales. Además de con una sanción económica que cubría sobradamente el daño producido, se castigaba con la mutilación de las orejas en el caso de los menores de 14 años y eso mismo y la permanencia en el cepo durante 6 meses para los mayores de dicha edad, penas que se ejecutaban habitualmente.

LAS OVEJAS EN EUSKAL HERRIA EN LOS ÚLTIMOS 500 AÑOS
Escribe Álvaro Aragón: "durante la Edad Media la principal cabaña en el área atlántica fue la de ganado vacuno, acompañada por las piaras de porcino, mientras que en el área pirenaica navarra y mediterránea predominó la cabaña ovicaprina, también acompañada por el ganado porcino...El ganado menudo no aparece documentalmente prácticamente hasta el siglo XIV, como ya han constatado otros autores."
Escribe Álvaro Aragón: "a partir de 1457, con las medidas adoptadas contra los bandos por Enrique IV, pero sobre todo de 1490, cuando los Reyes Católicos prohibieron los bandos urbanos y su presencia en los gobiernos concejiles,...esos grupos de poder fueron sustituidos por los "omes buenos", la mayoría de ellos, pertenecientes a las nuevas oligarquías,...les llevó a facilitar la expansión de la cabaña ovicaprina, teniendo además en cuenta los daños que el ganado vacuno ejercía sobre los bosques, esenciales para la construcción naval y la industria ferrona."
El aumento del ganado ovino fue tan rápido y desordenado que muchos concejos impusieron limitaciones al número de cabezas que podían subirse a los pastos de verano. Escribe Álvaro Aragón: "las ordenanzas de Yurre de 1561...prohibían que ningún vecino tuviera más de 55 ovejas y un carnero o 100 corderos antes del día de Quasimodo (28 de abril), es decir, justo en el momento de desplazarse a los pastos de verano.
Aunque en Flandes usaban lana de máxima calidad, como la de las ovejas de raza merina, en los telares del País Vasco francés usaban también lana de raza "latxa", lo que favoreció que aumentase el ganado ovino. Escribe Álvaro Aragón: "...la expansión de la industria textil francesa, que experimentó un empuje definitivo desde mediados del siglo XVII...-los telares de Olorón y Mauleón también importaron lana de oveja latxa, al menos desde la década de 1610, provocó una inusitada expansión de la cabaña ovina.”
En el pasado incluso no se podían mantener las ovejas en los pastos durante la noche y debían ser bajadas a los pueblos diariamente. El Fuero de Vizcaya establecía que el ganado debía ser pastoreado durante el día y recogido durante la noche. Las ovejas debían bajarse de los pastos a los pueblos, mientras que el ganado mayor podía permanecer en los pastos, donde debía ser custodiado por los pastores en corrales. Escribe Álvaro Aragón: "El Fuero Nuevo de Vizcaya de 1526, sensu stricto, desbarataba la posibilidad de una trashumancia media entre las sierras del interior y la costa, pues establecía el pasto de sol a sol."
"echar una vez al dia por la mañana á los montes, y exidos altos, y pastos acostumbrados, con guarda, é piertiga, que los guarde, y traya de Sol, á Sol...Y vueltos de noches, los tengan encorralados los Ganados menudos, asi como Cabra, Oveja, y Puercos, y tambien los Ganados mayores, si se baxaren de los tales exidos, y pastos, só pena, que el dueño de el tal Ganado mayor, assi como cavallar, y cabras, y otros Ganados mayores, paguen quatro maravedis, y mas el daño, solamente por lo de dia. Y si entrare de noche, pague el daño doblado con la dicha pena doblada."

19 de septiembre de 2025
Elanio común
El Elanio común (Elanus caeruleus) es una pequeña rapaz sedentaria propia de zonas de cultivos de cereal con arbolado disperso, donde captura los ratones y topillos que forman la mayor parte de su dieta. Si abundan estos roedores es capaz de reproducirse prácticamente en cualquier época del año. Ha experimentado una importante expansión de su área de distribución en la península Ibérica desde las últimas décadas del siglo XX, pero sigue siendo una especie escasa.
El Elanio común no aparece en el atlas de aves nidificantes de Euskadi publicado en el año 2023. Sin embargo, Arturo R. Rodríguez, Gorka Belamendia y Ramón Arambarri en el año 2009 publicaron en el volumen 4(2) de la revista A carriza el artículo "Primeros datos sobre la reproducción del elanio común Elanus caeruleus en Álava y Comunidad Autónoma del País Vasco", donde explican que "En 2005 miembros y colaboradores de Hontza Natura Elkartea comprobaron la reproducción en Álava de dos parejas, criando próximas a la localidad de Langarika (Iruraiz-Gauna)...La reproducción transcurrió en un área de quejigos aislados y pequeños bosquetes rodeados por cultivos agrícolas de secano...El estudio comenzó el 21 de junio de 2005 y se desarrolló hasta la dispersión de los pollos, acontecimiento que ocurrió a mediados de septiembre." En uno de los nidos "A principios de agosto se observaron cuatro pollos en el nido. Los tres primeros volaron hacia el día 5 de septiembre mientras que el cuarto no lo hizo hasta el día 17...El segundo territorio se detectó el 25 de junio,...aunque no tuvo éxito en la reproducción como consecuencia de la muerte de uno de los progenitores."
En los campos de cereal entre los pueblos de Gopegi y Acosta se han visto elanios desde febrero de 2025. Fran Silván observó dos adultos el 10 de julio y José María Fernández García observó un adulto y dos juveniles el 21 de julio, y los siguientes días los vieron otros ornitólogos, por lo que es muy probable que una pareja se haya reproducido con éxito en ese mismo lugar. Debido a que estos micromamíferos permanecen inactivos durante las horas centrales del día, lo más habitual es verlos cazando al amanecer y al atardecer, bien desde un posadero o en vuelo.
Tomé estas fotografías y grabé este vídeo cerca del pueblo de Gopegi, municipio de Zigoitia (Araba), el 18 de septiembre de 2025, donde vi dos adultos.
14 de agosto de 2025
Abubilla común
La Abubilla común (Upupa epops) nidifica en gran parte de Europa, donde es principalmente estival, por lo que muchas aves que invernan en África y en la península Ibérica cruzan el País Vasco durante sus migraciones. Durante las paradas migratorias es habitual que las aves busquen alimento. En la vertiente cantábrica del País Vasco solo nidifica alguna pareja aislada, mientras que en la vertiente mediterránea solo parece frecuente en la Rioja alavesa. En el "Catálogo Vasco de Especies Amenazadas" se incluye en la categoría de vulnerables. Prefiere zonas cálidas y secas, poco abruptas, con amplias zonas de suelo despejado donde busca su alimento, mezclado con árboles viejos con agujeros donde nidifica. Tomé esta fotografía en Sustrigi, en el municipio de Areatza (Bizkaia), el 14 de agosto de 2025, donde buscaba alimento en una pista forestal.
17 de julio de 2025
Celebro 25 años como guarda forestal en Bizkaia con estas pinceladas autobiográficas
Pasé toda mi infancia y juventud en Sestao, un pueblo industrial cercano a Bilbao donde se encontraban grandes fábricas que daban empleo a varias decenas de miles de trabajadores, la mayoría llegados de distintas provincias de España. Las mayores empresas del sector del metal eran Altos Hornos de Vizcaya, Astilleros Españoles-La Naval, Babcock & Wilcox y General Electric. En aquellos años de la transición de la Dictadura de Franco a la democracia, pasamos de cantar el Padre Nuestro y el Cara al Sol en 2º de EGB a tener maestros comprometidos con la democracia recién conseguida. Sin embargo, la policía y la guardia civil reprimían con dureza las protestas obreras y estudiantiles, mientras que, a la vez, permitían el tráfico de drogas, como si formase parte de un plan preconcebido. En la puerta de la escuela pública a la que yo iba, General Mola, fui testigo de cómo un hombre regalaba envoltorios con polvo blanco a niños de mi curso, 6º de EGB. La asociación de padres consiguió el compromiso por parte de los maestros de vigilar para que aquello no se volviera a repetir. Fueron muchos los jóvenes de Sestao convertidos en adictos a la heroína que robaban a sus padres en casa y a nosotros a punta de navaja en las calles. Cuando les reconocíamos a lo lejos, cruzábamos la calle hasta la otra acera para evitarlos. Por las noches robaban los radiocasetes de los coches o forzaban las cerraduras de los bares y rompían las máquinas tragaperras para llevarse el dinero.
Recuerdo la escena de cómo el padre de uno de ellos acercaba su cara a la de su único hijo para confirmar que seguía con vida mientras permanecía echado, como muerto, en uno de los bancos de la Gran Vía de Sestao. Parecía increíble que muchos de aquellos jóvenes, que apenas conocían las calles de Sestao y los pueblos de sus abuelos, estuvieran muriendo por una droga producida en las montañas de Afganistán, traída no se sabe cómo ni por quienes, y que, diluida, se inyectaban en las venas con aquellas jeringuillas que luego abandonaban en diversos lugares del pueblo, por ejemplo, justo detrás del instituto de bachillerato. Con bastante frecuencia veía esquelas con la fotografía de alguno de los niños con los que había ido a la escuela, luego rebautizada como Rebonza y este mismo año completamente derruida, dejando al aire un gran solar donde está prevista la construcción de una residencia de ancianos. Aquellos jóvenes morían por su adicción a la heroína, y también por enfermedades como el SIDA o la hepatitis, que se contagiaban entre ellos al compartir las jeringuillas. Sestao era un pueblo contaminado y mal urbanizado y no sé si eso influyó en que dos alcaldes del PSOE, a la vez que ostentaban la alcaldía de Sestao, fueran vecinos de Getxo, en la margen derecha de la ría de Bilbao, más limpio y mejor urbanizado. Definitivamente, en aquella época Sestao no era un lugar favorable para la educación y el desarrollo de los jóvenes. Actualmente, no queda rastro de los toxicómanos y, gracias a la desindustrialización casi completa de la Margen Izquierda, Sestao disfruta del aire limpio y aquí han encontrado un domicilio a precio asequible las personas que no se lo pueden permitir en Bilbao o Getxo.
Cuando estaba a punto de terminar 8º de EGB mi padre me preguntó si quería presentarme a las pruebas para entrar en la escuela de aprendices de La Naval o si quería seguir estudiando. Para entonces, yo sabía, por otros niños uno o dos años mayores que yo, lo que aquello suponía: asegurarse un empleo y un buen salario para toda la vida como delineante, calderero o soldador, y con tan solo 16 años tener un salario que me hubiera permitido llevar una vida muy distinta a la que tuve hasta que empecé a trabajar de guarda forestal, ya con 29 años. Seguir estudiando era entrar en el terreno de lo desconocido, ya que nuestros padres fueron los primeros obreros que pensaron que sus hijos estudiaran una carrera universitaria era una idea razonable y económicamente viable.

Junto a varios jóvenes, mis amigos del barrio, crecimos con fuertes nexos de unión: el Grupo Ecologista Vida Verde, los documentales de Félix Rodríguez de la Fuente, Jacques Cousteau y Carl Sagan, la música de Mike Oldfield y El Último de la Fila, o los libros de Tolkien y Miguel Delibes, y con ellos estudié en el instituto de bachillerato de Sestao, donde tuvimos buenos profesores, la mayoría convencidos de que realizaban una labor importante. Cuando terminé 1º de BUP, en julio de 1984, con poco más de 13 años, fuimos en tren, autobús, autostop e incluso andando hasta Torla, en el Valle de Ordesa, donde pasamos una semana y otra más en un pueblo del norte de Burgos, con Javi Sánchez y Pedro Perales como guías y líderes. Desde nuestro campamento cerca de Torla, bien escondido por indicaciones de la Guardia Civil, subimos y bajamos a la cima de Monte Perdido tras una larga jornada de unas 17 horas que comenzó con un gran madrugón y el uso de linternas para ver el lugar dónde poníamos los pies. Al regreso, nos confundimos de camino y decidimos cruzar el río cerca de las Gradas de Soaso y la fuerza de la corriente me arrancó de la mano una bota y un calcetín. Llegué a Torla con una bota en un pie y un calcetín en el otro. Sin duda, un día inolvidable.
En 2º de BUP, tal vez por influencia de las malas compañías, no me fue tan bien con las asignaturas, pero enderecé mi camino y ya en 3º de BUP y COU no sufrí tanto con los exámenes. Tras aprobar la Selectividad, en septiembre de 1988 comencé la licenciatura de Biología en la Universidad del País Vasco. Los jóvenes de la numerosísima generación de 1969 llenábamos las clases de primer curso de carrera de las distintas facultades, y ante la falta de sillas y sitio para ellas, parte del alumnado se sentaba en el suelo o permanecía de pie, mientras tomábamos los apuntes de los profesores que, en general, leían a tal velocidad que solo los conocedores del arte de la taquigrafía podían copiarlos al completo. Había un profesor del que decían que tenía "respiración cutánea", ya que era imposible detectar en qué momentos respiraba mientras leía sus apuntes a una velocidad inusitada. La exigencia académica, básicamente la demostración en los exámenes de la capacidad memorística de cada cual, era muy alta, y muchos estudiantes no lograban aprobar ni una sola de las cuatro asignaturas de primer curso y con eso les echaban de la carrera. Ese fue casi mi caso, ya que aprobé biología con un 5 que me puso el profesor de la "respiración cutánea" en la convocatoria de septiembre. Los siguientes dos años no fueron mucho mejores y aprobé matemáticas de 1º en la convocatoria de gracia. Los últimos cursos, ya en clases medio vacías, me fue mejor, pero, aun así, tardé 7 años en terminar una licenciatura de 5 cursos.
Después de que desapareciera el Grupo Ecologista Vida Verde, varios amigos nos incorporamos a la Sociedad de Ciencias Naturales de Sestao, donde, además de realizar trabajos de investigación sobre fauna vertebrada, tuvimos la oportunidad de aprender mucho de otras disciplinas de las ciencias naturales, en mi caso especialmente de botánica, a la que, desde entonces, he dedicado tanto tiempo e ilusión como a la zoología. Intenté entrar en el Departamento de Botánica de la Universidad del País Vasco, pero el catedrático me explicó que con mi expediente académico era imposible porque no podría acceder a ninguna beca de investigación. Casi a la vez, una profesora me ofreció entrar en el Departamento de Antropología, pero en ese momento no era lo que más me interesaba. Acabé la carrera en 1994 e hice las 400 horas presenciales del Curso de Adaptación del Profesorado en la Universidad del País Vasco, mientras que otras personas lo hacían con solo pagar una cantidad de dinero indecente por la matrícula para un curso a distancia y a alguien que se encargase de preparar y entregar los trabajos escritos requeridos en la Universidad de Navarra del Opus Dei. Aprovecho para contar que nunca he creído en Dios, ni en mi más tierna infancia, aunque he leído con atención Los Evangelios y, con menos atención, porque no se la merece, buena parte del Antiguo Testamento. Mi versículo favorito es Mateo 19:24, donde se lee la siguiente frase de Jesús a sus discípulos: "Y otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios". En el verano de 1994 comenzamos de novios mi mujer, Maite, y yo. Un día me preguntaron por mis creencias religiosas y yo, que odio las mentiras, les expliqué que era ateo y un poco anticlerical, pero que solo un poco porque los curas nunca me habían hecho nada malo.
También entonces comencé a estudiar euskera en el euskaltegi de Sestao con la idea de preparar oposiciones para profesor de secundaria. Con muchas ganas de aprender esta lengua y la cultura asociada, tras 6 años de intensa dedicación, en el año 2000 obtuve el título EGA, un equivalente del C1 actual. Ese mismo año la Fundación Marcelino Botín publicó un libro al que dediqué unas 400 horas de trabajo y que titulé "Aves acuáticas y marinas de las Marismas de Santoña, Victoria, Joyel y otros humedales de Cantabria". La idea era obtener algún beneficio económico después de tanto esfuerzo, pero me conformé con los 50 ejemplares que me dieron y que pude regalar a mis familiares y amigos. No todo el mundo supo apreciar en su justa medida el logro de redactar y conseguir que me publicaran aquel libro y alguien lo comparó con el hecho de que uno de mis primos hubiese cazado un jabalí. Como un amigo me dijo, irónicamente, "es que un libro lo puede escribir cualquiera, pero para matar un jabalí hacen falta dos cojones".
Disfruté mucho de mi etapa como educador ambiental en Haizelan S. Coop. y tuve conciencia de lo mucho que los niños aprenden fuera de las aulas, por ejemplo, en un huerto escolar o en las excursiones al campo o el monte. Recuerdo como si fuera hoy el día que un niño de unos 10 años miraba fijamente a una vaca en las afueras de la ciudad de Orduña. Le pregunté sobre qué era lo que le asombraba tanto y me contestó que creía que las vacas tenían el tamaño de los perros, y en buena lógica, estaba asombrado de tener tan cerca un animal tan grande. Unos años más tarde, también me gustó enseñar química a aquellas mujeres que lograron acceder a la diplomatura de enfermería tras superar sobradamente los exámenes de selectividad para mayores de 25 años.
En el verano de 1999, pasados ya 5 años desde que terminase mi carrera de biología, y con un total de 15 meses cotizados a la Seguridad Social, un buen amigo me ofreció la posibilidad de entrar a trabajar en un Carrefour descargando camiones. Aunque en 1995, animado por mi tía Mila, ya me había presentado a las oposiciones de guarda forestal de Castilla y León, no había vuelto a pensar en ello hasta que una persona cercana me animó a presentarme a las plazas de guarda forestal convocadas por la Diputación Foral de Bizkaia en 1999. A pesar de creer que aquellas plazas ya estarían adjudicadas de alguna manera, preparé por mi cuenta en poco más de 60 días los temas de los que sabía menos: legislación y explotación forestal, además de entrenar las pruebas físicas.
El caso es que me quedé a las puertas de entrar fijo, a 17 centésimas (hay números que no se olvidan y una pregunta test valía 20 centésimas), pero quedé el primero en la bolsa de sustituciones. Se me hizo muy larga la espera hasta que entré como funcionario interino el 17 de julio de 2000, hace hoy 25 años. Tras dos años y medio en una plaza de caza y pesca del Barbadun, en un concurso de traslados, un funcionario de carrera escogió mi plaza y yo me fui a la suya, que era la de guarda de montes de Muskiz en enero de 2003. Por miedo a que en la siguiente convocatoria de oposiciones incluyeran como requisito una titulación específica, en el año 2001 obtuve el título de Técnico Especialista Forestal en Navarra.
Ya en el verano de 2005, con una hija pequeña, mi mujer también preparando oposiciones y la hipoteca del piso, me presenté de nuevo a las oposiciones de guarda forestal en Bizkaia y obtuve una de las plazas de funcionario de carrera. El 25 de enero de 2006 comencé a trabajar como guarda forestal de caza y pesca del Nervión, en la misma plaza que sigo hoy en día. Cualquiera que lea esto es porque sigue mi blog y por él sabe que tantos años después sigo sorprendiéndome y disfrutando con la fauna, la flora o la historia de esta zona en la que trabajo. ¿Qué es lo que debe gustarte para ser guarda forestal? Dos cosas: la Naturaleza y, a ratos largos, la soledad.
2 de julio de 2025
Lycaena alciphron
Lycaena alciphron se caracteriza por su anverso naranja con manchas negras. El reverso es ocre, con una franja anaranjada en la zona submarginal del ala posterior. Los adultos vuelan en una única generación entre los meses de junio y agosto. Las orugas se alimentan de plantas de Rumex spp. Vive en zonas de montaña a partir de los 600 metros de altitud. No se conocía de la parte vizcaína del Macizo de Gorbeia.
Tomé estas fotografía en Austegiarmin, municipio de Orozko (Bizkaia), el 1 de julio de 2025.
Melica ciliata subsp. ciliata
Melica ciliata subsp. ciliata habita en claros de carrascal y quejigal, resaltes rocosos, cunetas y otros lugares abiertos y soleados. Tomé esta fotografía Austegiarmin, municipio de Orozko (Bizkaia), el 1 de julio de 2025.
30 de junio de 2025
Anthriscus sylvestris
Anthriscus sylvestris vive en lugares con suelo fresco y nitrogenado, por lo que aparece en pueblos y al pie de roquedos calizos. No estaba citado del Macizo de Gorbeia.
Encontré una población en Atxoagure, municipio de Orozko (Bizkaia), el 30 de junio de 2025, donde tomé esta fotografía.
Campanula rotundifolia subsp. hispanica
Campanula rotundifolia subsp. hispanica vive en pastos pedregosos y roquedos calizos. Es frecuente al sur de la divisoria de aguas del País Vasco y escasa al norte. Los autores del "Catálogo florístico de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa" la herborizaron en Orozko, WN0873, 430 m. Tomé esta fotografía en Atxoagure, municipio de Orozko (Bizkaia), el 30 de junio de 2025.
Campanula patula
Campanula patula es común en claros y lindes de hayedos, robledales y bosques mixtos, y también en sus comunidades de sustitución, en lugares herbosos y frescos de la vertiente cantábrica, siendo escasa en la mediterránea. Tomé esta fotografía en Atxoagure, municipio de Orozko (Bizkaia), el 30 de junio de 2025.
Hypericum nummularium
Hypericum nummularium es rara en el País Vasco, donde vive en fisuras sombreadas de roquedos, generalmente calizos y en grietas de lapiaz. Emilio Guinea la citó por primera vez en su libro "Vizcaya y su paisaje vegetal" para este territorio. La herborizó el 24 de julio de 1948 en el "Peñascal de Ichine". Tomé esta fotografía en Atxoagure, municipio de Orozko (Bizkaia), el 30 de junio de 2025.
Teucrium pyrenaicum subsp. pyrenaicum
Teucrium pyrenaicum subsp. pyrenaicum es escasa en pastos pedregosos y crestas calizas. Subespecie endémica del norte de la península Ibérica y el suroeste de Francia. Tomé esta fotografía en Atxoagure, municipio de Orozko (Bizkaia), el 30 de junio de 2025.
Sideritis hyssopifolia
Sideritis hyssopifolia es rara en crestones pedregosos calizos. En el "Catálogo florístico de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa" se citó de Aldamin, WN1866, 1.350 m. Emilio Guinea ya la citó de Aldamin en el año 1949 en su libro "Vizcaya y su paisaje vegetal". Tomé esta fotografía en Atxoagure, municipio de Orozko (Bizkaia), el 30 de junio de 2025.
28 de junio de 2025
Pyrrhosoma nymphula
Pyrrhosoma nymphula es un caballito del diablo rojo bastante común en turberas, arroyos, charcas y pequeñas balsas que cuenten con vegetación acuática abundante y mantengan niveles de agua constante. Es una de las especies más características de las turberas.
Tomé estas fotografías en Iola, municipio de Orozko (Bizkaia), el 22 de junio de 2025.
27 de junio de 2025
Hydrocotyle vulgaris
Hydrocotyle vulgaris es una especie ligada al agua que habita en hilillos que drenan turberas y depresiones permanentemente encharcadas. Es rara en el País Vasco, donde se distribuye principalmente por las montañas de la divisoria de aguas. Los autores del "Catálogo florístico de Álava, Vizcaya y Guipúzoca" lo herborizaron en Sarria: Aldarro, WN1360, 700 m y Arkarai, WN1463, 750 m. En varios herbarios se conservan pliegos herborizados por Carlos Aseginolaza y Gabriel Montserrat en el puerto de Barazar, WN2366, 610 m el 5 de septiembre de 1985, donde tomé esta fotografía el 27 de junio de 2025, en Saldropo, municipio de Zeanuri (Bizkaia), en la cuadrícula colindante UTM 1x1 km WN2266.
Deschampsia cespitosa subsp. cespitosa
Deschampsia cespitosa subsp. cespitosa vive en hondonadas temporalmente encharcadas, en ambiente de quejigal, robledal, hayedo y aliseda. Los autores del "Catálogo florístico de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa" la herborizaron en Otxandio, WN2864, 550 m.
Tomé estas fotografías en Presazelai, municipio de Otxandio (Bizkaia), el 27 de junio de 2025.
Alisma lanceolatum
Alisma lanceolatum es escasa en el País Vasco, donde vive en bordes de charca, meandros de río, colas de pantano y otros lugares permanentemente inundados. los autores del "Catálogo florístico de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa" la herborizaron en Otxandio, Mekoleta, WN2764, 550 m y WN2864, 550 m. Según la base de datos Anthos, L. Medina la herborizó en el desagüe de la turbera de Saldropo, municipio de Zeanuri (Bizkaia), WN2266, 630 m. Tomé esta fotografía en Mekoleta, municipio de Otxandio (Bizkaia), el 27 de junio de 2025.
25 de junio de 2025
Epilobium parviflorum
Epilobium parviflorum es común en orillas de ríos, acequias, zanjas y otros lugares herbosos con suelo removido y húmedo. Se distingue del resto de las especies del género por sus estigmas tetralobulados y por sus hojas sésiles no amplexicaules, con la anchura máxima en su mitad basal y con pubescencia patente. Tomé esta fotografía en Otzerinmendi, municipio de Zeanuri (Bizkaia), el 24 de junio de 2025.
24 de junio de 2025
Hieracium bombycinum
Hieracium bombycinum es endémico los roquedos calcáreos y escarpados del norte de la península Ibérica, desde Ourense hasta Huesca. Se distingue de otras especies del género por la roseta de hojas en la base durante la floración, hojas con haz con indumento denso y lanoso, receptáculo peloso, brácteas del involucro con el dorso cubierto de pelos densos y escábridos. Se parece a H. mixtum, del que se distingue por tener hojas basales largamente pecioladas y redondeadas en el ápice en vez de cortamente pecioladas, agudas y obtusas, y por tener el dorso de las brácteas cubierto de pelos escábridos con la base negruzca, lo pedúnculos sin pelos glandulíferos. Los autores de Flora iberica identificaron como correspondientes a esta especie sendos pliegos herborizados por Emilio Guinea en Gatzarreta, municipio de Zeanuri (Bizkaia) el 19 de julio de 1946 y por Juan A. Alejandre en Obarreta, municipio de Orozko (Bizkaia) el 7 de julio de 1987. Tomé esta fotografía en Itzina, municipio de Zeanuri (Bizkaia), el 24 de junio de 2025.
Avenella flexuosa
Avenella flexuosa es común en hayedos ácidos y sus comunidades de sustitución, y también aparece en algunos robledales. Con el nombre de Deschampsia flexuosa, los autores del "Catálogo florístico de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa" la herborizaron en Gorbeia, WN1865, 1350 m y Altube, WN1059, 600 m. Se distingue de Deschampsia cespitosa porque tiene aristas geniculadas y que sobrepasan netamente las glumas en vez de ser rectas o un poco geniculadas y que no sobrepasan o poco las glumas.
Tomé estas fotografías en el hayedo trasmocho de Altzondo, municipio de Orozko (Bizkaia), el 24 de junio de 2025.
23 de junio de 2025
Artículo sobre los guardas forestales de Iñaki García Uribe en el periódico Deia
El domingo 22 de junio de 2025 publicaron en la sección de "Historias montañeras" del periódico Deia de mi amigo Iñaki García Uribe un artículo sobre los guardas forestales. El 13 de abril nos entrevistó a Alberto Pedrosa y al que esto escribe en Elorri Aterpea, el refugio de montaña que tiene la Federación Vizcaína de Montaña/Bizkaiko Mendizale Federazioa en Arraba, municipio de Zeanuri (Bizkaia).
22 de junio de 2025
Melilotus officinalis
Melilotus officinalis vive en campos abandonados, bordes de vías de comunicación y terrenos removidos. Tomé esta fotografía en Atxondo, municipio de Orozko (Bizkaia), el 21 de junio de 2025.
21 de junio de 2025
Verbascum pulverulentum
Verbascum pulverulentum se cría en pasto secos, cunetas y ribazos, mostrando preferencia por exposiciones soleadas. Los autores del "Catálogo florístico de Álava, Vizcaya y Guipuzcoa" la herborizaron en Cestafe, WN2457, 700 m. Tomé esta fotografía en Okeluri, municipio de Orozko (Bizkaia), el 21 de junio de 2025.
Verbascum virgatum
Verbascum virgatum es escaso en cunetas, taludes descarnados, explanadas con suelo removido y otros lugares alterados con cierta humedad edáfica.
Los autores del "Catálogo florístico de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa" la herborizaron en Murgi, WN1556, 650 m y Gopegi, WN15, 700 m.
Tomé estas fotografías en Atxondo, municipio de Orozko (Bizkaia), el 21 de junio de 2025.
Epilobium montanum
Epilobium montanum habita sobre suelos ricos y aireados en zonas alteradas de bosques frescos y al pie de cantiles sombríos. Se caracteriza por por sus tallos de 20-100 cm y estigmas tetralobulados.
Y por las hojas opuestas ovado-lanceoladas o lanceoladas, con pecíolo de hasta 2 mm, de margen irregular y agudamente serrulado, de ordinario con más de 15 dientes a cada lado.
Tomé estas fotografías en el hayedo trasmocho de Altzondo, municipio de Orozko (Bizkaia), el 19 de junio de 2025.
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