Willian J. Riple y Robert L. Beschta en el artículo "Large predators limit herbivore densities in northern forest ecosystems", publicado en el año 2012 en la revista European Journal of Wildlife Research explican que el lobo (Canis lupus) es una pieza fundamental en los bosques boreales y templados de Norteamérica y Eurasia. A esa conclusión llegan tras analizar la información de 42 artículos científicos publicados en los últimos 50 años. Son los lobos y los osos (Ursus spp.) las especies que limitan la densidad de los grandes mamíferos herbívoros. La densidad de ciervos (Cervus elaphus) es un promedio de casi seis veces mayor en las zonas sin lobos en comparación con las zonas con lobos. Otros factores, como la productividad vegetal, incrementan sólo ligeramente la densidad de cérvidos. Cuando la acción humana reduce las poblaciones de lobos y osos, inmediatamente se produce el aumento de la densidad de cérvidos, lo que afecta gravemente a la vegetación.
Cuando se cazan lobos por los daños que producen a la ganadería, a la vez se provoca el incremento desmesurado de las densidades de ciervos, jabalíes (Sus scrofa) o corzos (Capreolus capreolus), lo que afecta gravemente a la vegetación natural y también a la agricultura y la ganadería. Sin la intervención de los cazadores y de prácticamente su único predador natural, el lobo, estos ungulados silvestres provocan graves daños a los ecosistemas y a las economías de la población rural. Los jabalíes con sus entradas para comer en maizales y otros cultivos, y con sus hozaduras en prados y pastizales. Los corzos y los ciervos con sus escodaduras y ramoneos en árboles frutales y de plantaciones forestales, muchas veces afectando a la guía terminal. En el País Vasco el perjuicio económico provocado por cualquiera de estos herbívoros es mayor que el producido por los lobos, aunque no sea noticia en los medios de comunicación y los afectados no sean tan vehementes en sus reclamaciones. Y es que el problema del lobo no es sólo de índole económica y hunde sus raíces en la psicología y en lo paranormal.
La presencia del lobo modeló el manejo del ganado que hacían los pastores hasta hace pocas décadas, cuando se dio por exterminado al lobo, sin pensar en que podría regresar, como así fue. La vida de los pastores giraba todo el año alrededor del cuidado de su ganado. Su protección frente a los posibles ataques del lobo modeló muchos de sus usos y costumbres. En la actualidad, la vida pastoril tradicional prácticamente ha desaparecido del Macizo de Gorbeia y del resto del País Vasco. El indudable valor etnográfico de la vida pastoril tradicional ha dejado de estar en el medio rural para encontrarse en las bibliotecas y en los archivos.
Desde la década de los 60 del siglo pasado hasta la actualidad el manejo del ganado ha cambiado radicalmente. Ahora el ganadero apenas dedica tiempo al cuidado de su ganado mientras permanece en los pastos de montaña: no lo ordeña, no lo recoge al atardecer y no duerme en las "txabolas" de las majadas pastoriles. Simplemente, sube en todoterreno de vez en cuando para localizar el rebaño, sin ni siquiera detectar la totalidad de los animales muertos, extraviados, accidentados o enfermos. La pérdida de ingresos por la venta de quesos y la disminución de la productividad del ganado por su cuidado deficiente se compensa con el dinero cobrado mediante subvenciones. Este semiabandono del ganado a su suerte le hace muy vulnerable al lobo y se dice que la ganadería extensiva es incompatible con la presencia del lobo. En realidad, lo que es incompatible con el lobo es la actual y novedosa forma de ganadería extensiva en la que el cuidado del ganado se ha reducido tan drásticamente en la época que se encuentra en los pastos de montaña. En algunas comarcas de Castilla y León donde ha pervivido el manejo antiguo del ganado por parte del pastor, las pérdidas económicas debidas al lobo son del orden de un 10% del sufrido en las zonas donde el ganado pasta en situación de semiabandono. Tomé estas fotografías y este video en el Parque zoológico de Cabárceno el 3 de marzo de 2013.
Carta de un amigo:
"Estimado amigo:
Leo con interés todos tus correos, que normalmente son muy interesantes. Este último que se refiere al lobo me ha impulsado a mandarte una respuesta, sin ánimo de polemizar o de defender a los ganaderos, solo de dar otro punto de vista para la reflexión.
En primer lugar quiero recalcar que la sociedad evoluciona, todos evolucionamos. Y los logros laborales y sociales deben de ser para todos, también para los ganaderos. Nuestros bisabuelos trabajaban un porrón de horas al día, un montón de días al año por un plato de lentejas, nosotros queremos ocho horas al día, cinco días a la semana, nuestro mes de vacaciones, nuestros permisos médicos, días de antigüedad, bajas, etc, pero exigimos que el ganadero en vez de dormir en su casa con su mujer, pernocte con 400 ovejas y 5 mastines en el monte, lloviendo a 5 grados. Al que defienda esos valores tradicionales le recomiendo sacarse una muela sin anestesia como hacían nuestros abuelos, a ver qué piensa del progreso.
Eso es una opinión personal, y como tal es discutible. Lo que nunca son discutibles son los números, son datos fríos y sin sentimientos. Solo voy a dar dos:
La población de lobos de España se ha multiplicado por cuatro en los últimos 35 años.
La población de ganaderos de España se ha dividido por cinco en los últimos 35 años.
Antes de despedirme decir que soy un enamorado del lobo en particular y de la biodiversidad en general, y no creo que en la península Ibérica ningún ganadero esté poniendo en peligro ninguna especie, todo lo contrario, están contribuyendo a mantener unos ecosistemas, que a pesar de ser antropogénicos, llevan miles de años instalados en esta parte de Europa, y a los cuales se ha adaptado una parte importante de nuestra fauna.
El mayor problema medioambiental actual de la península Ibérica y sobre todo de Euskal-Herria, no es ni la ganadería, ni la caza, ni la contaminación, ni los incendios, ni la sobreexplotación. El verdadero problema es la ocupación del medio.
Gracias por la atención prestada Juanma"
1 comentario:
No me gustaría caer en la discusión lobo si, lobo no, porque es una discusión que dificilmente podría "ganar" nadie.
Simplemente me gustaría aportar un dato que me parecio curioso en su momento. Los lobos han llegado al Parque Natural del Gorbeia. Han llegado y han muerto, debería de añadir. Que sepa yo al menos han sido dos los lobos abatidos dentro del parque natural, uno cerca de la emblemática cruz y otro en el valle del Baias.
Esos datos en general no se sacan a la palestra porque al público en general le horrorizaría que se exterminase una especie tan emblemática en cuanto entra dentro de un parque natural. Erradicar una especie autóctona nunca puede estar dentro de las decisiones a tomar para solucionar un conflicto y menos dentro de un parque natural.
Pero por ahora es lo que hay...
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