La madera de pino de Monterrey (Pinus radiata) en el año 2011 valía unos 30 euros/m3, el mismo precio que 20 años atrás, tras disminuir su precio desde los 60 euros/m3 alcanzados hacia el año 2000. El consumo de madera en el País Vasco ha disminuido desde unos 1.750.000 m3/año en el año 1997 hasta apenas 1.000.000 m3/año en el año 2008, un declive que continúa por la crisis del sector de la construcción. Además, la madera aserrada de pino de Monterrey importada en España ha aumentado desde unos 10.000.000 m3/año en el año 2000 hasta los 60.000.000 m3/año en el año 2008 y un máximo de casi 80.000.000 m3/año en el año 2007, según la ponencia Situación del mercado de madera de calidad de pino radiata. Influencia en el estado de sus masas. Análisis de alternativas de gestión, del 6º Congreso Forestal Español, celebrado entre los días 10 y 14 de junio de 2013 en Vitoria-Gasteiz. En ella se dice que para las plantaciones de pino de Monterrey el VAN, un procedimiento que permite calcular la rentabilidad de una inversión, es negativo o muy reducido, en ausencia de subvenciones. En la fotografía, del 22 de octubre de 2012, madera cortada de pino de Monterrey.
Las subvenciones ya son cosustanciales al sector primario, también al forestal. Ello permite el mantenimiento de sectores estratégicos a salvo de la competencia en un mercado globalizado y, a la vez, se genera empleo entre la población local. Sin embargo, no parece lógico que las administraciones locales que gestionan las subvenciones que recibe el sector primario sean copartícipes del beneficio que las subvenciones europeas producen. Además, en una economía de libre mercado un exceso de oferta conduce a la caída de los precios, la falta de rentabilidad y el posterior declive de la actividad económica en cuestión. En la fotografía, del 23 de agosto de 2002, una plantación de pino de Monterrey.
En la situación actual, y en la prevista en el futuro por los expertos, parece lógico que las administraciones forales y municipales del País Vasco no compitan en la producción de madera de pino de Monterrey con los propietarios particulares. Según el Inventario Forestal de Bizkaia de 2005 el 15,4% de las 72.674 hectáreas plantadas con pino de Monterrey son de titularidad pública, mientras que el 63,4% de las 2.062 hectáreas ocupadas por robledal (Quercus robur) son de titularidad privada. Dentro de la Red Natura 2000 de Bizkaia el 40,4% de las 3.718 hectáreas plantadas con pino de Monterrey son de titularidad pública y un 28,9% hectáreas de robledal son de propiedad particular. En este contexto, las administraciones públicas podrían abandonar la producción de madera de pino de Monterrey para favorecer el beneficio de los propietarios particulares y, en consecuencia, el mantenimiento del sector, aunque sea gracias a las subvenciones. Al mismo tiempo, podría permutar sus plantaciones de pino de Monterrey por propiedades particulares ocupadas por robledal. Estas actuaciones tendrían aún más sentido en los espacios naturales integrados en la Red Natura 2000. En la fotografía, del 12 de noviembre de 2003, un pequeño robledal.
En el artículo Can understory native woodland plant species regenerate under exotic pine plantations using natural succession?, publicado en el año 2013 en el número 308 de la revista Forest Ecology and Management, los autores Miren Onaindia, Ibone Ametzaga-Arregi, Mikel San Sebastián, Anaïs Mitxelena, Gloria Rodríguez-Loinaz, Lorena Peña y Josu G. Alday concluyen que podrían recuperarse los robledales a partir de las plantaciones de pino de Monterrey. El título del artículo lo plantea como pregunta: ¿Pueden regenerarse las especies de plantas del sotobosque de los bosques nativos bajo las plantaciones de pinos exóticos mediante la sucesión natural? En la fotografía, del 19 de septiembre de 2004, rama con bellotas de Quercus robur.
Según su estudio, realizado en Bizkaia, las diferencias en la composición florística entre los sotobosques de las plantaciones de pino de Monterrey y los robledales (Quercus robur) se redujeron durante el proceso de sucesión natural. Según aumentaba la edad de las plantaciones de pinos, también lo hacía el parecido de su composición florística con la propia de los robledales. La reducción de la diferencia en la composición florística es debida a la disminución de especies generalistas y al proceso de colonización de las especies del sotobosque del robledal. Las especies generalistas comunes en las plantaciones de pinos jóvenes son Clematis vitalba, Lonicera spp., Pteridium aquilinum y Ulex europaeus, que disminuyen a medida que crecen las plantaciones, probablemente por el aumento de la sombra. La preparación de la tierra para la plantación de pinos produce áreas perturbadas propensas a ser colonizadas por estas especies generalistas. En la fotografía, del 27 de mayo de 2002, un arbusto de Ulex europaeus.
Después, en las plantaciones de pinos adultas aparecen especies generalistas más adaptadas a las condiciones de sombra: Blechnum spicant, Dryopteris affinis, Athyrium filix-femina y Viola riviniana. La sombra de las copas de los pinos proporciona las condiciones para una progresiva colonización y establecimiento de especies nativas, cuando las fuentes de semillas están cerca. Los árboles Acer campestre, Fraxinus excelsior y Quercus robur colonizan las plantaciones de pinos. Algunas especies forestales propias de los robledales resultaron malas colonizadoras de las plantaciones forestales: Ulmus glabra, Lamium galeobdolon y Saxifraga hirsuta. La ausencia o escasez de herbáceas de floración primaveral está relacionada con su débil capacidad de dispersión y la falta de un banco de semillas persistente. En la fotografia, del 25 de abril de 2009, Lamium galeobdolon.
La cobertura y la riqueza de especies de arbustos y herbáceas fueron mayores en las plantaciones de pino que en los robledales, ya que estos grupos están dominados por especies pioneras y generalistas. Entre ellas destacan Rubus spp. y varias gramíneas, de rápido crecimiento, alta biomasa y producción de semillas, y rápida propagación lateral. En la fotografía, del 13 de abril de 2004, Saxifraga hirsuta subsp. hirsuta.
La gestión de las plantaciones de pino, en condiciones óptimas, podría conducir a la regeneración de los robledales en aproximadamente 20 años. Este proceso de regeneración del sotobosque sería posible gracias a la proximidad de pequeños robledales, que actúan como fuente de semillas de las especies nativas. El proceso de sucesión natural podría ser utilizado para restaurar robledales a partir de plantaciones de pinos a bajo coste. La presencia o ausencia de pequeños robledales marcaría la diferencia entre una regeneración fácil y rápida u otra más difícil y lenta. Por lo tanto, la conservación de esos pequeños robledales es fundamental para la regeneración futura del robledal de Quercus robur. En la fotografía, del 26 de junio de 2003, una rama con flores de zarzamora (Rubus ulmifolius).
1 comentario:
No seria mas fàcil plantar directamente robles aunque su crecimiento sea más lento y desta manera se potenciaría a las especies autóctonas.
Publicar un comentario