27 de octubre de 2021

Libro "Las canteras moleras de Orozko"

El 22 de octubre de 2021 se presentó en la sala Donibane de Orozko el libro "Orozkoko errotarri-harrobiak/Las canteras moleras de Orozko", obra de mis amigos Javier Castro e Iñaki García Uribe tras varios años de trabajo. El libro, escrito en castellano y en euskera, ha sido editado por el ayuntamiento de Orozko y consta de 164 páginas, aproximadamente la mitad dedicadas a fotografías en color. Tras la presentación del alcalde, Pedro María Intxaurraga, sigue una presentación de 7 páginas de mi amigo Juanjo Hidalgo, seguramente el historiador que más tiempo ha dedicado al estudio de la historia de Orozko, donde pormenorizadamente explica el marco histórico en el que se desarrolló el trabajo de los canteros que labraron en roca arenisca las muelas que se emplearon en los molinos harineros. Según la RAE una muela es una "piedra redonda de un molino que gira sobre otra fija para triturar grano u otras cosas". En euskera es "errotarri", literalmente "piedra de molino".
A continuación sus autores explican en la introducción que "este libro es el fruto de un trabajo de investigación etnográfica iniciado en el año 2010" y que forma parte de un trabajo internacional coordinado y liderado por el profesor de Historia Moderna Alain Belmont, de la Universidad de Grenoble, dentro del proyecto Atlas Meulières, donde pueden consultarse las 40 fichas dedicadas a cada una de las canteras moleras descubiertas en Orozko. A fecha del día de hoy, 27 de octubre de 2021, son 1067 las canteras de muelas catalogadas en su página web y cada una de ellas cuenta una ficha completa y muy detallada. Las muelas de Orozko están labradas en arenisca del Cretácico Inferior, una roca sedimentaria formada hace unos 100 millones de años a partir de arenas submarinas. Los tres municipios con más canteras moleras catalogadas hasta el momento se encuentran en el Macizo de Gorbeia y son los municipios alaveses de Zuia (62 canteras), Zigoitia (51) y el vizcaíno de Orozko (40). 
En el capítulo "Las canteras moleras: un oficio extinguido" explican que las muelas mayores tienen un diámetro de unos 160 cm y que los canteros obtuvieron en Orozko más de 10.000 piedras de molino, sobre todo alrededor del monte Oderiaga. Todas las canteras se encuentran por encima de los 340 metros de altitud y el 60 % de ellas entre los 700 y 1240 metros. En el caso del dolmen de Pagozarreta se cree que la losa cameral pudo ser empleada para fabricar una muela. Cada muela pesa entre 400 y algo más de 1000 kilos. Hacer el agujero central era una labor crítica. "Se encuentran muy pocas muelas rotas con el ojo tallado o en fase de su ejecución porque llegado ese momento final de la labra se las llevarían al valle de forma inmediata. Hemos localizado poco más de una decena de muelas con ojo central repartidas en el 20 % de las canteras catalogadas".
Dos de los tres términos vascos con los que se conoce al molino llegaron del latín. La palabra "errota" procede del latín "rota", que significa muela del molino. Así, acabó por llamarse al todo (el molino) por la parte (la muela). Y después se rebautizó a la muela como "errotarri" para distinguirla del molino. Las palabras que significan molino en el euskera occidental, según explica el lingüista Joseba Abaitua en "Bolin, morin, bolun", proceden del romance molín (siglos VIII-X). El término "bolin" está en desuso y solo aparece fosilizado en la toponimia. El barrio bilbaíno de Bolueta significa "los molinos" y el paraje de Bolintxu, "molinillo". De "bolin" proceden los apellidos Bolibar o Bolinaga. En el euskera oriental se conoce al molino como "eihera", que procede de "eih", que es moler. Tomé estas dos fotografías en el monte Oderiaga, municipio de Orozko (Bizkaia), el 25 de agosto de 2016.

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