La Codorniz común (Coturnix coturnix) es una ave estival en el País Vasco que nidifica escasamente en prados de la vertiente cantábrica, siendo más común en los campos de cultivo de la mediterránea. Muchos nidos se malogran por coincidir la siega de los prados con su época de cría, ya que realiza las puestas al nivel del suelo. En los campos de cultivo les perdudica el cosechado con maquinaria y el cultivo de variedades de ciclo corto que se cosechan de manera más temprana que las variedades empleadas hace unas pocas décadas. Además, sufre una importante presión cinegética, aunque no sea la principal causa de su declive. Para la conservación de su pureza genética, resulta muy preocupante la suelta, con fines cinegéticos, de ejemplares de Codorniz japonesa (Coturnix japonica), una especie muy emparentada con la que se hibrida. En condiciones adecuadas, es una especie con gran capacidad de recuperación gracias a sus puestas de 7 a 12 huevos en los meses de mayo y junio. Por ello, la densidad de sus poblaciones fluctúa considerablemente de un año a otro en función de su éxito reproductor.
A pesar de que la distribución de la especie se ha mantenido bastante constante en muchas áreas entre el primer atlas europeo de aves reproductoras, editado en el año 1997, y el segundo, editado en 2020, existe una excepción notable: se ha expandido principalmente hacia el norte de Europa. Esto podría deberse al cambio climático. El aumento de las temperaturas ha debido favorecer su expansión hacia el norte de Europa y, al mismo tiempo, ha debido provocar su declive como nidificante en el borde meridional de su área de nidificación. Sin embargo, en conjunto, su área de cría ha aumentado en Europa entre 1997 y 2000. En el Macizo de Gorbeia es muy escasa. Se la ha oído cantando incluso muy cerca de la cima del monte Gorbeiagane. Tomé estas fotografías en el municipio de Bilbao el 15 de abril de 2019.
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