El 8 de julio de 2010 observé un ejemplar de Galápago europeo (Emys orbicularis) en la presa que hay en el barrio de Ugalde, municipio de Orozko (Bizkaia). El 10 de julio conseguí atrapar este ejemplar, que resultó ser una hembra de unos 17 centímetros de longitud. Tras tomarle unas medidas y unas fotografías, la liberé en el mismo sitio.
Tras la liberación del ejemplar, avisé al especialista Xabi Buenetxea. Colocaron nasas para su captura, pero no fue posible atraparla. Un miembro de la familia que tiene la concesión del aprovechamiento hidroeléctrico del embalse, encontró el galápago muerto en el fondo del mismo, lo extrajo y lo tiró fuera. Este es el único ejemplar observado aquí y en el resto de los cursos fluviales del Macizo de Gorbeia del que se tiene noticia en los últimas décadas. Sin embargo, durante el trabajo de campo en el trienio 1982-1984 que dio lugar al "Atlas de de los vertebrados continentales de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa" solo se obtuvo una observación en el País Vasco, de un ejemplar capturado y fotografiado en la cabecera del río Altube, en la cuadrícula UTM 10x10 km 30TWN05.
En esa misma cuadrícula UTM 10x10 km localizaron una población casi 30 años más tarde. Xabi Buenetxea y Leire Paz en el año 2012 publicaron el artículo "Descubierta una posible población relicta de Emys orbicularis en el Parque Natural de Gorbea, Álava" en el número 23(1) del Boletín de la Asociación Herpetológica Española, donde explican que los guardas del Parque Natural E. Cabanillas y M. Carrasco observaron un posible galápago europeo en una laguna en la parte alavesa del Parque Natural de Gorbea. Tras colocar varias trampas del tipo nasa flotante cebadas, los autores del artículo capturaron un ejemplar el 31 de mayo de 2011, y el 3 de junio observaron 4 ejemplares asoleándose. Tras esta observación la Diputación Foral de Álava financió el estudio de esta población, que estaba formada por al menos 5 ejemplares, de los que se capturaron 3, a los que se les colocó radiotransmisores.
Por ello, teniendo en cuenta la existencia de esa población en una laguna cercana a Orozko, es posible que este ejemplar tenga un origen natural. No obstante, se producen frecuentes liberaciones de galápagos autóctonos y alóctonos en los cursos fluviales, lagunas y embalses. En algunos casos llegan a formarse poblaciones con capacidad para reproducirse, lo que es especialmente preocupante en el caso de las especies alóctonas, que compiten y desplazan a las especies autóctonas. Entrando en lo personal, unos vecinos me trajeron tres galápagos leprosos (Mauremys leprosa) de Extremadura cuando tenía unos 10 años, dada mi afición por los animales; hace de esto unos 37 años. Aquellos galápagos despertaron mi interés por la zoología y cuando tenía unos 12 años pasé largas horas en la biblioteca municipal de Sestao, copiando a mano todo lo que aparecía sobre tortugas en las distintas enciclopedias que allí había. Al cabo de un tiempo, sin haber tenido noticia aún de su existencia, instalaron en dicha biblioteca la primera fotocopiadora que vi en mi vida. Toda mi labor perdió su sentido, aunque conservo aquel centenar de folios cuidadosamente manuscritos, ya que no estaba permitido sacar los libros de las enciclopedias de la biblioteca. Respecto a los galápagos, cuando tenía unos 15 años, se los di a mi amigo Pedro Perales Mantecón, para que los liberara en un río donde había galápagos. Como es sabido, en la actualidad la liberación de galápagos en el medio natural está prohibida y es especialmente preocupante la liberación de ejemplares de especies alóctonas, una de las principales amenazas de las dos especies de galápagos europeos.
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