La Musaraña gris (Crocidura russula) es un pequeño mamífero insectívoro abundante en los prados bordeados de setos y en las huertas de los caseríos. José Antonio Garrido-García en su artículo "Las comunidades de micromamíferos del sureste de la Península Ibérica: elementos para un análisis histórico", publicado en el número 20(1) de la revista Galemys, de la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos, incluyó a esta especie en el apartado de "Especies alóctonas", diciendo que "aparece en el sureste ibérico en el Pleistoceno superior. Los análisis genéticos y datos paleontológicos probarían su llegada desde el norte de África en este período, o poco antes, a partir de una población pequeña...La Musaraña campesina (Crocidura suaveolens) habría sido desplazada por competencia interespecífica a ecosistemas marginales". Algunos autores respecto a la Musaraña gris "consideran seguro que su llegada se produjo vía marítima a través del estrecho de Gibraltar y, ante lo improbable de que lo hiciese a nado o sobre balsas de vegetación, creen que debió de ser acarreada por navegantes paleolíticos". La forma más fácil de observar a esta especie es gracias a los sonidos que emiten las crías que siguen a su madre para evitar extraviarse. Una vez oídos sus chillidos, con un poco de paciencia es posible encontrarlas entre la hierba.
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