El Murciélago orejudo dorado (Plecotus auritus) debe ser, según el especialista en estos mamíferos Urtzi Goiti, el murciélago forestal más común en los robledales y hayedos del País Vasco. Como se puede ver en estas fotografías tomadas en un robledal ya fuera del límite del Parque Natural de Gorbeia, no es precisamente negro. En realidad, ni este ni la mayoría de las especies de murciélagos europeos son negras. Negro del todo sólo es el Murciélago de bosque o Barbastela (Barbastella barbastellus), un habitante de los hayedos.
Da gusto ver con que precisión y extraordinario cuidado maneja los murciélagos Urtzi Goiti. No parece fácil, tratándose de unos mamíferos tan frágiles, inquietos y siempre dispuestos a clavar sus dientes. El profesor de zoología Joxerra Aihartza ha conseguido formar un grupo de investigación especializado en murciélagos en el seno de la Facultad de Biología de la Universidad del País Vasco. En realidad, el único grupo de investigación puntero de esta universidad dedicado al estudio de animales vertebrados. A estos investigadores les cabe el honor de ser firmes defensores de las especies que estudian, algo no tan común como cabría esperar. De hecho, se han atrevido a proponer como medidas de conservación la supresión de las fumigaciones con dimilín en algunas zonas concretas de Bizkaia para proteger determinadas colonias de cría. Esos planes de gestión han quedado en el cajón sin aprobarse desde el año 2001 y quizás per saecula saeculorum.
Los murciélagos orejudos tienen bien puesto el nombre: tienen las orejas realmente enormes. Las pliegan y repliegan a voluntad. En esta ocasión y durante la campaña de anillamiento, toma de muestras y seguimiento del año 2010, la especie buscada era el Murciélago ratonero forestal o de Bechstein (Myotis bechsteinii), especie incluida en la categoría de "en peligro de extinción" dentro del Catálogo Vasco de Especies Amenazadas. Y aunque se empleaba para este cometido un "reclamo sonoro sintético" específico para esta especie, lo cierto es que atraen la atención del resto de las especies de murciélagos forestales, que también acaban atrapados en las redes extendidas al efecto.
Este murciélago era una hembra lactante. En la foto se ve una mama. Las fotos son del 9 de julio de 2010. Se trata de una especie sedentaria y sus refugios invernales siempre están cerca de sus colonias de cría estivales, situadas en agujeros de árboles. En el País Vasco parece una especie exclusiva de los bosques naturales (robledales y hayedos). Es increíble lo que ha avanzado el conocimiento de los murciélagos desde hace 20 años, que ese es el tiempo que hace que un grupo de amigos de la Sociedad de Ciencias Naturales de Sestao (en especial Iñaki Alonso, Juan Carlos Lorenzo y yo mismo) nos dedicamos durante un año a entrar en cuevas en busca de murciélagos para intentar contribuir al conocimiento y conservación de estos mamíferos. Poco después, Joserra Aihartza me explicó cómo se estudiaban los murciélagos en Europa y el precio de los aparatos de detección de ultrasonidos de entonces y se nos quitaron las ganas de seguir con la labor.
Da gusto ver con que precisión y extraordinario cuidado maneja los murciélagos Urtzi Goiti. No parece fácil, tratándose de unos mamíferos tan frágiles, inquietos y siempre dispuestos a clavar sus dientes. El profesor de zoología Joxerra Aihartza ha conseguido formar un grupo de investigación especializado en murciélagos en el seno de la Facultad de Biología de la Universidad del País Vasco. En realidad, el único grupo de investigación puntero de esta universidad dedicado al estudio de animales vertebrados. A estos investigadores les cabe el honor de ser firmes defensores de las especies que estudian, algo no tan común como cabría esperar. De hecho, se han atrevido a proponer como medidas de conservación la supresión de las fumigaciones con dimilín en algunas zonas concretas de Bizkaia para proteger determinadas colonias de cría. Esos planes de gestión han quedado en el cajón sin aprobarse desde el año 2001 y quizás per saecula saeculorum.
Los murciélagos orejudos tienen bien puesto el nombre: tienen las orejas realmente enormes. Las pliegan y repliegan a voluntad. En esta ocasión y durante la campaña de anillamiento, toma de muestras y seguimiento del año 2010, la especie buscada era el Murciélago ratonero forestal o de Bechstein (Myotis bechsteinii), especie incluida en la categoría de "en peligro de extinción" dentro del Catálogo Vasco de Especies Amenazadas. Y aunque se empleaba para este cometido un "reclamo sonoro sintético" específico para esta especie, lo cierto es que atraen la atención del resto de las especies de murciélagos forestales, que también acaban atrapados en las redes extendidas al efecto.
Este murciélago era una hembra lactante. En la foto se ve una mama. Las fotos son del 9 de julio de 2010. Se trata de una especie sedentaria y sus refugios invernales siempre están cerca de sus colonias de cría estivales, situadas en agujeros de árboles. En el País Vasco parece una especie exclusiva de los bosques naturales (robledales y hayedos). Es increíble lo que ha avanzado el conocimiento de los murciélagos desde hace 20 años, que ese es el tiempo que hace que un grupo de amigos de la Sociedad de Ciencias Naturales de Sestao (en especial Iñaki Alonso, Juan Carlos Lorenzo y yo mismo) nos dedicamos durante un año a entrar en cuevas en busca de murciélagos para intentar contribuir al conocimiento y conservación de estos mamíferos. Poco después, Joserra Aihartza me explicó cómo se estudiaban los murciélagos en Europa y el precio de los aparatos de detección de ultrasonidos de entonces y se nos quitaron las ganas de seguir con la labor.
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