28 de noviembre de 2015

Pico mediano

El Pico mediano (Leiopicus medius) se distribuye desde los montes Zagros (Irán) hasta la cordillera Cantábrica y desde Letonia hasta el sureste de Turquía. En Europa se encuentra más del 75% de su población, la mayoría en el este y sureste. Las poblaciones del norte y el oeste de Europa son de pequeño tamaño y han sufrido declives entre 1970 y 1990. Su distribución se ha reducido por algunos de sus bordes en los últimos dos siglos, como prueban las citas en Portugal durante el siglo XIX y principios del XX, y su probable presencia en los robledales del Sistema Central y Sierra Morena, así como su extinción reciente en Suecia. Además, parece escasa su capacidad de expansión. Juveniles radio-marcados en la comunidad autónoma de Castilla y Léon realizaron movimientos dispersivos desde el lugar de nidificación que no superaron los 5 kilómetros de distancia. 
 
En el "Atlas de las aves reproductoras de España" se estimó su población en 1.045-1.205 parejas reproductoras, la mayoría repartidas en dos poblaciones, una en la parte oriental de la cordillera Cantábrica, con 480-685 parejas, y la otra en 3.500 hectáreas de marojales, melojares o rebollares (Quercus pyrenaica) del sureste de Álava, con 365-520 parejas. De esa primera población, unas 250-300 parejas se encuentran en el oeste de Cantabria y 220-375 en el norte de Palencia y el noreste de León. Se conocían pequeñas poblaciones en los bosques de la confluencia de Álava, Vizcaya y Navarra, en el norte de Navarra, y en el valle de Arán en Lleida, "con posibilidades de que la mayoría hayan desaparecido recientemente, a tenor de las últimas prospecciones realizadas". Según el "Atlas de las aves nidificantes de Asturias 1990-2010", también se habría extinguido del suroeste de Asturias. Como puede verse en el mapa superior, las poblaciones del suroeste de Asturias y otras fueron registradas durante la recogida de datos en el período 1985-1997 para el "Atlas de las aves de España", pero no durante el período 1998-2002 para la publicación arriba citada.
Además de en marojales, donde se encuentran sus dos principales poblaciones ibéricas: una en los montes de Izki-Sabando (Araba) y la otra en la comarca de Liébana (Cantabria), vive en robledales (Quercus robur y Quercus petraea subsp. petraea) maduros y extensos, hoy ausentes de amplios territorios. A diferencia del Pico picapinos y otros pícidos que se alimentan de insectos perforadores de la madera, el Pico mediano busca los invertebrados de los que se alimenta en las grietas de la corteza de los árboles, principalmente robles. Como puede leerse en el número 275 de la revista Quercus, Isidoro Fombellida, Alejandro García Herrera y Miguel Rollán Reyero censaron la población de Cantabria en el año 2004, cuando estimaron 706 parejas reproductoras, 196 de ellas en las cuencas del Saja y el Besaya, la mayoría de estas en los extensos robledales (Quercus robur) maduros que allí se conservan, donde tomé estas fotografías el 7 de noviembre de 2015.
En el Tomo X de las Memorias de la Real Sociedad Española de Historia Natural (1914-1918), Julián Aldaz y Emazabel la califica de "rara" en la página 471 de su "Catálogo de las aves observadas en Guipúzcoa y Vizcaya". Más tarde, Alfredo Noval en la revista Munibe del año 1967 publicó en su "Estudio de la avifauna de Guipúzcoa" que era "raro nidificante en bosques de montañas. Pocas observaciones y no siempre seguras".
Durante la recogida de datos para el "Atlas de los vertebrados continentales de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa", publicado en el año 1985, se encontró una única pareja nidificante no lejos de San Sebastián que llegó a reproducirse con éxito en el nido perforado en una falsa acacia (Robinia pseudacacia). Teniendo en cuenta el conocimiento que se tiene sobre la evolución de sus poblaciones, es posible que se tratara de una de las últimas parejas nidificantes en los robledales de la vertiente cantábrica del País Vasco. Según el inventario forestal elaborado en el 1878, en Bizkaia “no hay en toda la provincia un solo monte alto; en su mayor parte se hayan sujetos al método de descabezamiento y turnos cortos que varían entre 8 y 16 años, en la mira sin duda de conciliar la fabricación del carbón con el aprovechamiento de pastos”. Se inventariaron 33.820 hectáreas de montes públicos, 20.247 de ellas cubiertas por robles. Es decir, el 60% de los montes públicos estaban cubiertos por robles trasmochos. Otras 12.511 hectáreas se inventariaron en los montes públicos guipuzcoanos. Según el inventario forestal de 2010, en Bizkaia había 3.109 hectáreas de Quercus robur y 8.532 en Gipuzkoa. Son bosquetes pequeños, jóvenes y aislados entres sí, con nula capacidad para acoger poblaciones viables de Pico mediano. En el "Atlas de las aves nidificantes de Gipuzkoa", publicado en el año 2001, no se cita en absoluto, por lo que hay que darlo por extinguido en dicho territorio.
Ramón Arambarri Bengoa y Arturo F. Rodríguez publicaron en el año 1996 en la revista Ardeola "Distribución y estima poblacional del Pico mediano (Dendrocopos medius) en Álava", resultado de un estudio de la población alavesa, descubierta en 1993 en el melojar de Izki. Además de la población de Izki, localizaron 8 ejemplares en Elguea-Urkilla en el año 1994, pero ninguno al año siguiente, concluyendo, acertadamente en mi opinión, que "este pequeño núcleo podría ser una parte relicta que ha ido desapareciendo, y que ocupó la mayor parte del melojar de estas sierras", situado a unos 30 kilómetros del melojar de la vertiente sur del Macizo de Gorbeia, que cubre 3.184 hectáreas en la comarca alavesa denominada "Estribaciones del Gorbea", que, por sus características y localización, es posible que también haya acogido una población de Pico mediano en el pasado.
Según Javier Ferreres, que dirigió un censo primaveral en el año 2015 en Gipuzkoa, cuyos resultados pueden leerse en el informe "Distribución del Pico mediano en Gipuzkoa", de Itsas Enara Ornitologia Elkartea, detectaron su presencia en tres localidades, con al menos un territorio ocupado. Lo más interesante es que, aunque dos de las localidades están en la frontera con Navarra, la tercera está en el interior de Gipuzkoa, en el Parque Natural de Pagoeta, que podría ser el inicio de una incipiente recolonización de Gipuzkoa, que sería hasta cierto punto esperable, ya que cría en Iparralde, muy cerca de la frontera, donde está en expansión. En toda la vertiente norte pirenaica su distribución es ahora prácticamente continua, lo que habría permitido que en el valle de Arán la población haya pasado de 2 parejas a 27 en los últimos 20 años. También en Navarra la evolución parece positiva, incluso ha aparecido un núcleo poblacional en Bertiz. Esta misma tendencia se aprecia en otras zonas de Francia y Alemania. Los casos de Belgica y Holanda son muy interesantes: en Holanda la evolución es espectacular, hacia el año 2000 había un núcleo poblacional con menos de 20 parejas, mientras que en 2014 eran ya más de 400 parejas y había ampliando su distribución a 4 regiones diferentes. En Flandes la primera pareja se estableció en 1998 y para 2005 eran ya 50. Después de muchas décadas de rarefacción, la expansión de los pícidos está siendo generalizada en Europa occidental, asociada a un incremento de la superficie boscosa y, sobre todo, a la protección y progresiva maduración de los bosques autóctonos. Aunque los primeros en aprovechar esta situación son las especies de pícidos más generalistas, como el Pico picapinos (Dendrocopos major) o el Picamaderos negro (Dryocopus martius), cuando las masas boscosas siguen evolucionando, les siguen otras más exigentes como el Pico mediano.

2 comentarios:

Itsas Enara Ornitologia Elkartea dijo...

Buenas,

Precisamente esta primavera hemos comenzado en Itsasenara un estudio, dirigido por Javier Ferreres, sobre la presencia de pico mediano en Gipuzkoa. Los resultados son alentadores, hemos detectado su presencia en tres localidades y al menos un territorio ocupado. Lo más interesante es que aunque dos de las localidades están en la muga con Navarra, la tercera está en el interior, en el P.N. de Pagoeta. Podría ser el inicio de una incipiente recolonización. Podeis consultar el informe en la web de Itsasenara:
http://www.itsasenara.org/actividades/estudios/125-estudio-de-la-distribucion-del-pico-mediano-en-gipuzkoa-2015

La recolonización de Gipuzkoa sería hasta cierto punto esperable: cría en Iparralde muy cerca de la muga, allí está en expansión y en toda la vertiente norte pirenaica su distribución es ahora prácticamente continua, lo que habría permitido que en el valle de Arán la población haya pasado de 2 parejas a 27 en los últimos 20 años. También en Navarra la evolución parece positiva, incluso ha aparecido un núcleo poblacional en Bertiz. Esta misma tendencia se aprecia en otras zonas de Francia y Alemania. Los casos de Belgica y Holanda son muy interesantes: en Holanda la evolución es espectacular, hacia el año 2000 había un núcleo poblacional con menos de 20 parejas, en 2014 son más de 400 parejas y ha ampliando su distribución a 4 regiones diferentes. En Flandes la primera pareja se estableció en 1998, para 2005 eran ya 50.

Después de muchas décadas de rarefacción, la expansión de los pícidos está siendo generalizada en Europa occidental, asociada a un incremento de la superficie boscosa y sobre todo a la protección y progresiva maduración de los bosques autóctonos. Aunque los primeros en aprovechar esta situación son las especies más generalistas como el picapinos o el pito negro, si las masas boscosas siguen evolucionando, les siguen otras más exigentes como el mediano.

La próxima primavera seguiremos con más salidas al campo, a ver si tenemos más sorpresas agradables.

Itsas Enara Ornitologia Elkartea

Juan Manuel Pérez de Ana dijo...

Muchas gracias a los amigos de Itsas Enara Orniologia Elkartea. Con toda esta información, voy a modificar la entrada original.