28 de abril de 2012

Caza en Orozko

La caza es una actividad tradicional que cuando se gestiona adecuadamente y nadie incumple las normas, resulta sostenible e incluso beneficiosa para los ecosistemas donde se practica. En los territorios donde se han eliminado o hecho disminuir los grandes depredadores, caso del continente europeo con los osos pardos, los lobos y los linces, sólo la caza puede equilibrar unos ecosistemas que sufrirían graves desarreglos por la acción de ciervos, corzos, jabalíes, cabras monteses o rebecos, ya que el mayor depredador que queda en amplios territorios es el Zorro (Vulpes vulpes), incapaz de depredar sobre los adultos de esas especies. La realidad de la caza no nos debe ser ajena, a pesar de las objeciones éticas que podemos alegar por su crueldad, a la vez que, incomprensiblemente, nos parece bucólico criar cerdos, pollos o corderos para al final sacrificarlos a sangre fría después de haberlos cuidado. Es menos cruel el cazador que le pega un tiro al macho de Ciervo (Cervus elaphus) de esta fotografía que el "baserritarra" que le clava un cuchillo en el cuello a su cerdo o degüella su cordero. La mayoría de los habitantes permanecemos ajenos a esta realidad cotidiana en nuestra burbuja urbana. En los caseríos y en los mataderos los matarifes hacen el trabajo por nosotros.
El rápido aumento y expansión del área de distribución del Ciervo y del Corzo (Capreolus capreolus) ha generado en el Macizo de Gorbeia dos nuevos fenómenos de difícil solución: daños considerables a las plantaciones forestales y a los frutales y cultivos hortícolas por un lado y, por otro lado, la aparición de furtivos, cuya actividad es más fácil que nunca gracias al fácil tránsito de todoterrenos por una densa red abierta de pistas forestales y el uso de potentes focos que hacen posible la caza nocturna. Mientras tanto, en Orozko se han cazado 77 ciervos en los 12 años comprendidos entre las temporadas 1998-1999 y 2009-2010, 47 de ellos en recechos y 30 en las batidas de jabalí, de lo que resulta una media anual de 6,4 ciervos cazados al año. Seguramente se abaten más ciervos y corzos furtivamente que de forma legal. En el Macizo de Gorbeia el Jabalí (Sus scrofa) es la principal especie de caza mayor y la Becada (Scolopax rusticola) la principal de caza menor. En la fotografía, una hembra de Corzo.
El Jabalí es menos sensible a la caza furtiva y también son considerables los daños que causan al hozar en prados y pastizales. En las batidas de Orozko en el periodo 2005-2012 se ha cazado una media anual de 49 jabalíes con un mínimo de 25 en el invierno 2010-2011 y un máximo de 72 en el invierno 2005-2006. El municipio de Orozko tiene 10.242 hectáreas de superficie, la mitad que el Parque Natural de Gorbeia, que consta de 20.211 hectáreas. Los jabalíes cazados en Orozko son alrededor del 10% de los cazados en Bizkaia, donde, en la temporada 2009-2010 se cazaron 541 ejemplares en las 646 batidas que se realizaron, lo que equivale a casi un jabalí por batida y una media de 0,26 jabalíes cazados por kilómetro cuadrado.
El número medio anual de Becadas, Chochas Perdices o Sordas cazadas en Orozko en el decenio 2002-2012 ha sido de 212 ejemplares, con un mínimo de 30 en el invierno de 2003-2004 y un máximo de 386 en el invierno 2007-2008. Sobre el riesgo de ingerir carne de caza por estar contaminada por el plomo de perdigones y balas, véase el Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. En la fotografía, detalle del ala de una Becada adulta abatida por un cazador.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Una pregunta a modo de reflexión...¿Por qué en este país estamos tan enfrentados ecologistas, cazadores y agricultores, cuándo nuestros intereses son comunes?

Un saludo!

Juan Manuel Pérez de Ana dijo...

En gran parte porqué los ecologistas hemos vivido ajenos a la realidad de la vida en las ciudades. Siempre me ha llamado la atención la naturalidad con que se vive en los pueblos la caza o el sacrificio de los animales criados casi como a hijos muchas veces. Si no hubiera ciudades, no habría ecologistas como lo era yo y como hay tantos. Han tenido que pasar muchos años para que yo llegara a aceptar con normalidad la caza o el sacrificio de los animales que se crían precisamente para ello. Pero todavía es el día que evito a mis hijas entender esta realidad. Se conoce que, en el fondo, soy un poco hipócrita con este tema.

Jorge dijo...

Anónimo, cazadores y ecologistas de intereses comunes, nada de nada. Se pueden congeniar en algunos lugares, no te digo que no, pero cada uno disfruta con "lo suyo". No nos engañemos.

Daniel dijo...

Para mi el tema de la caza es un auténtico dilema. Éticamente me resulta intolerable. Sin embargo, es innegable que si se hace de manera racional y siguiendo criterios racionales y conservacionistas es, sin duda, infinitamente menos lesiva para el medio natural que otras actividades humanas como la agricultura y la ganadería.
Personalmente, creo que nunca podré casar ambas realidades.

Un saludo.

Juan Manuel Pérez de Ana dijo...

Podrían hacerse muchas más consideraciones, pero no he querido hacer una entrada demasiaso larga. Entre ellas, no hay que perder de vista que la extinción de los grandes depredadores (osos, lobos, linces, y fuera de Europa, pumas, coyotes, jaguares, tigres, leones o leopardos) no ha venido de la mano de los cazadores, sino de los ganaderos, que son los perjudicados por la presencia de los grandes depredadores que sienten debilidad por las fáciles presas que son los animales domésticos. Como consecuencia, los grandes herbívoros, libres de la presión de sus depredadores, disparan sus poblaciones, provocando el sobrepastoreo, a veces hasta el punto de degradar gravemente los ecosistemas, provocando extinciones locales de plantas escasas. En algunos casos, deja de haber comida suficiente, provocando hambrunas y, en otros casos, las altas densidades y la debilidad provocada por la escasez de alimento, facilitan la expansión de enfermedades con efectos letales. ¿Cómo podemos olvidarnos de todas estas cuestiones al hablar del tema de la caza?

Entre los objetivos de los conservacionistas deben estar la consecución de espacios naturales protegidos en los que puedan vivir los grandes depredadores. Sólo allí sería posible eliminar la caza como actividad humana y lograr un espacio con todas las especies presentes con anterioridad a las extinciones provocadas por los humanos. Es el objetivo que debería perseguirse al menos en los Parques Nacionales. Es la asignatura pendiente en el Parque Nacional de los Picos de Europa, donde parece que no caben los grandes depredadores. Todavía a día de hoy se puede oir allí comentarios en el sentido de que no necesitan guardas ni gestores, que ellos solos se han bastado para tener el territorio libre de osos y lobos (sic). Lo mismo podría decirse del Parque Natural de Gorbeia, donde este objetivo parece imposible ni siquiera plantearlo.

Josean Izaguirre dijo...

Suscribo todo lo recogido acerca de la caza en beneficio de los ecosistemas y para mantener el equilibrio en los ecosistemas, lo que llevo peor es el furtivismo y la caza de especies protegidas, muchas veces en los municipios rurales pasan de las prohibiciones y siguen abatiendo especies protegidas o pensando que las mismas solo aplican a los "urbanitas", lo mismo pasa con la pesca en lo pueblos de la costa, da igual tamaños, especies y artes. Al menos creo que ha habido cierta evolución y en especial que el nº de cazadores ha disminuido, es caro y exige bastante tiempo.

Daniel dijo...

Así es Juan Manuel. Desde hace unos años vivo en Galicia. Por poner un ejemplo, ojalá que una buena parte de los cientos de miles de hectáreas transformadas en eucaliptales, se hubiesen dedicado en su día a cotos de caza. La naturaleza habría salido ganando.

Juan Manuel Pérez de Ana dijo...

Josean Izaguirre: creo en este país hay un déficit de respeto a las normas que queda de manifiesto en cualquier aspecto del día a día: semáforos, velocidades máximas, paso de peatones, pequeños hurtos en supermercados, respeto de normas municipales (excrementos de perros, gente que tira de todo a la calle) y claro, este gusto por saltarse las normas también tiene su reflejo en el cumplimiento de las normas de caza y pesca. En otros países me consta que no está tan arraigado este gusto por burlar las normas.

Juan Manuel Pérez de Ana dijo...

Daniel: ¡Qué razón tienes! Y lo mismo que dices de los eucaliptos se puede decir de las plantaciones de coníferas. En las pasadas vacaciones pude ver un lince ibérico en una finca privada dedicada a la caza. En los montes públicos aledaños, en parte dentro del Parque Natural de la Sierra de Andújar (Jaén) los ingenieros del ICONA en tiempos de Franco plantaron pinos tras aterrazar las laderas, eliminado el hábitat del lince ibérico, su presa principal, el conejo, y numerosas especies de fauna y flora mediterráneas.

Unknown dijo...

Juanma,me siento identificado cuando hablas del ecologista urbanita porque esa ha sido mi idea hasta hace unos pocos años. Tienes razón en lo referente a la caza de herbivoros como el ciervo ó el corzo, pero la caza de la becada, así como de aves migratorias ya no la entiendo tanto. Sí estuviera prohibida la caza de pluma, se llegaría a una superpoblación de la especie que pondria en peligro el ecosistema???

Juan Manuel Pérez de Ana dijo...

Aurten Bai, creo lo mismo que tú, que la prohibición de la caza de becadas o malvices no produciría ningún perjuicio a los ecosistemas. Sus depredadores naturales siguen estando presentes. Es más, a las aves que se pueden cazar y a sus depredadores les vendría bien esa hipotética prohibición.

IÑAKI dijo...

Kaixo Juanma soy nuevo en tu blog, lo he encontrado hace poco y creo que me me voy hacer adicto al mismo. Antes de nada quiero decir que soy cazador, hijo de cazador, y no se si mi hijo lo será y por que no lo será. Por muy sencillo, yo soy de pueblo, me crié en el caserío de mis abuelos, con vacas, gallinas y otros animales, y cerca de montes, con perros, unos de caza y otros no. Me gustaba ir al monte con mis pointers, esperaba que se abriese la veda, primero la de la codorniz y mas tarde la perdiz, en mi época juvenil no había ni jabalíes ni corzos en los montes de Bizkaia, ahora los hay. No tengo perros porque vivo en un piso de una ciudad y a mi hijo la caza no le dice nada. No le dice nada por que no ha ido al monte a jugar, a ver las malvices, ver caer las hojas en otoño, beber en las fuentes de los montes o subir a tal monte... es un urbanita. Y guste o no guste yo respetando la normativa y usos de la caza no hago daño a nadie, sino todo lo contrario, con mi afición a la caza creo que hay más caza.